Allá por 1992, en invierno … culminaba otra larga jornada laboral. Una tardecita ciertamente peculiar y agitada: Justo ese día había una gran manifestación ocupando y cortando la avenida por la cual teníamos que trasladarnos para llegar a nuestros respectivos domicilio (3 de nosotros vivíamos para «el mismo lado» de la ciudad).
Y ya pasábamos las 8 de la noche. Como la oficina era nuestra y eramos todos amigos desde hacía unos cuantos años, jóvenes y totalmente dueños de nuestro tiempo; Surge ahi mismo la alternativa de pedir una pizzas, con la intención de dejar correr el tiempo para que se libere todo el alboroto y así ir tranquilos a casa.
Mientras comíamos y charlábamos, con la televisión encendida en un costado, observamos que el problema con la manifestación (a raíz de la extradición de unos militantes vascos que habían sido descubiertos en nuestro país, si mal no recuerdo) se estaba ensalzando: Cada vez mas gente y mas alboroto, por lo que decidimos esperar un rato más.
Inevitablemente entonces, como era nuestra moda y casi diría adicción en aquellos tiempos, salió el tema del Juego de la Copa … y al ratito, la noche nos encontró dedicados a dibujar las letritas de rigor, armar el círculo del abecedario y preparar asi la mesa para el juego …
Horas después, todavía seguíamos ahi, totalmente absorbidos por el juego. El espíritu de turno canalizaba sus mensajes a través de la copa con una velocidad asombrosa, en una mesa ratona, con superficie de mármol lustrada. Pero ya era hora de irnos, y asi se lo dijimos al Juego. Su reacción fué rotunda:
¡NO SALGAN AHORA!
¿Qué dijo? … preocupados la consultamos respecto a esta alerta, y nos contesta:
VAN A SER PERSEGUIDOS POR NAZIS, Y VAN A TERMINAR TENIENDO UN ACCIDENTE EN SU AUTO. PUEDEN SALIR LUEGO DE LAS 6 DE LA MAÑANA PARA ESTAR SEGUROS.
Bueno! bastante dramática la alerta. No obstante, estábamos sugestionados, y decidimos esperar unas horas… pero no había forma de aguantar hasta las 6 de la mañana porque en particular yo tenía justamente a esa hora que estar en una empresa (un canal de televisión, cuyo informativo comenzaba a las 7 AM y por el rubro en que trabajabamos -gráficos para TV- tenía yo la función de preparar todo comenzando con una hora de anticipación-, en la otra punta de la ciudad.
El juego fue bajando de ímpetu, la conversación se fue liquidando, y sobre las 4 A.M., faltando un par de horas para cruzar la franja de seguridad expresada por este espíritu, decidimos igualmente partir. Con un poco de miedo, encaramos la avenida (desierta de manifestantes, ya a esa hora).
No vimos auto ni nazi alguno en persecución: llegué a mi casa a tiempo para un baño, un desayuno y partir nuevamente a trabajar.
Ni bien llego al Canal, comienzo mis tareas y cuando termino, antes de las 7 de la mañana, escucho que en la parte de policiales comentan que en la zona donde vivíamos, una maestra tuvo una madrugada de terror debido a que 4 adolescentes, se trasladaron a las inmediaciones de su casa (en un auto) y le pintaron esvásticas en las puertas y ventanas, cortándole el cable del teléfono y tirándole piedras durante horas a las ventanas cerradas, mientras gritaban disparates.
Descuelgo el teléfono y llamo al dueño del auto en el que supuestamente íbamos a tener el accidente producto de los «nazis» y lo encuentro en su casa: No lo dejo hablar! Le cuento lo que me acabo de enterar (tremenda casualidad).
Cuando termino, me doy cuenta que mi amigo está gritando, que la policía le toca timbre y me corta el teléfono.
Mas tarde nos enteramos: Ni bien llegó mi amigo con su auto a la casa, el padre estaba esperando en la puerta porque tenía que ir al interior del país y llegar bien temprano a una obra en construcción (es arquitecto).
Agarró el auto y se fué.
La policía les vino a avisar que el auto sufrió (SOLO) -aparentemente desperfectos mecánicos- varias vueltas y terminó volcado, en la ruta. El padre de mi amigo por suerte salió con algún golpe pero virtualmente ileso.
El auto quedó para tirar (por suerte estaba asegurado).
Super casualidad ? queda para que opinen…
9uxdzk