Clases de espiritismo …

Hace unos 20 y largos años fui durante unos meses a clases de espiritismo. Impulsado por el tema de la copa, quería tener el ángulo mas formal de todo este tema.

Las clases eran de unas dos horas, los Sábados por la mañana. La casa de la profesora quedaba en plena ciudad, en una esquina, planta baja, y trabajábamos sobre la mesa del living, que estaba en la esquina mismo.

Era un espacio de unos 15 metros cuadrados, el estar de la casa, con la entrada a la misma sobre lo que era la esquina de la casa y la cuadra. Las ventanas eran del tipo persiana y estaban siempre abiertas, por lo que había bastante luz.

Como había una feria los sábados mas arriba por esa misma cuadra, mientras estábamos en clase, afuera estaba bastante concurrido. En resumidas cuentas, era un cuadro normal, con ningún ingrediente que incite al miedo o la sugestión.

Éramos 4 alumnos y la profesora. La mesa donde teníamos la clase era amplia, con 6 lugares, por lo que una silla siempre quedaba vacía.

Al comienzo de la clase la profesora hacía un ejercicio de relajación, donde cerrábamos los ojos, y seguíamos las instrucciones de la profesora. Durante este corto ejercicio, ella también invocaba a su espíritu mentor, que es aquel espíritu que en teoria se nos asigna como «ángel guardián» para que la acompañe y asista en el curso de la clase.

Podría decir que quizás me sonaba un poco cursi todo ese tema del espíritu mentor. Incluyendo el detalle de que luego de invocarlo, la profesora nos decía que «ya sentía su presencia a nuestro lado» y lo «invitaba a ocupar el lugar libre de la mesa» (recordemos que había una silla vacía). Consideremos que nosotros, los alumnos, eramos unos adolescentes, y con la pavada de la edad venían ciertas tentaciones de reírnos, a veces…

Un Sábado particularmente soleado, ya en clase y en pleno ejercicio de relajación, recuerdo que yo estaba un poco impaciente, primavera de por medio, para que comience la clase en si, y termine rápido. Mi mente estaba en otra cosa.

Abro los ojos -el ejercicio se hacía con los ojos cerrados, recuerden… para mirar a la gente pasar por la ventana y que me recuerden asi del lindo día que hacía, cuando mi vista se desvía para la silla vacía.

Detrás de la silla, agarrando el respaldo, habia una silueta, dibujada en el aire, de un hombre parado.

Se me heló la sangre. Yo nunca había visto algo así.

Lo recuerdo perfectamente… era como que si estuviera dibujada la silueta del hombre, siendo la misma de algo similar a la luminosidad de un cartel de publicidad de la calle, de gas neón de color violeta. Se veía a través de él (solo estaba visible el contorno, con este trazo de luz «solida» que se difuminaba hacia los bordes). Era un hombre de edad, calculo que unos 70 años, con barba (relativamente larga, hacia abajo) y tenía una túnica. O sea no tenía camisa o pantalón (ni estaba desnudo!) sino que era como una túnica olgada, con pliegues, hasta el piso.

Lamento mi cobardía, pero mi reacción fue instantánea: Me paré, rodeé la mesa por el otro lado, abri la puerta de la calle y me fuí. Nunca mas volvi a la clase, ni contesté las llamadas de la profesora.

La copa se mueve Sola!

Alguien más ha tenido alguna experiencia asi ? La han filmado ? Que opinan de este video? Si es un truco, como se les ocurre que pueden haberlo hecho? Yo he estado presente en dos ocasiones, solamente, donde la copa se ha movido sola. No obstante, ya es algo: Puedo decir que corroboro que es posible que se mueva sola.

Al moverse sola (no quiere decir que el caso de este video sea real, no lo se, porque no lo hice yo ni conozco a los responsables), esto agrega un grado de complejidad al intentar una respuesta por parte de la comunidad científica racional. En el mejor de los casos implica que la telekinesis es real, y en el peor (para ellos) que el fenómeno de la copa es realmente un mecanismo de conexión con los espíritus, lo que a su vez, hace caer la estantería de muchos pre-conceptos racionales que embandera la ciencia.

La puerta abierta


Esta historia fue contada hace muchos años, de primera mano a mi persona. El protagonista de la historia es un profesional, médico, y merece toda mi credibilidad.

Este grupo de jóvenes, en aquel entonces adolescentes, por el año 1975, amigos de barrio, estudiantes del liceo cercano, se juntaban para estudiar, jugar al fútbol, armar salidas a los bailes … en definitiva el comportamiento normal de un grupo de amigos.

Eso fue hasta que uno de ellos propuso jugar al Juego de la Copa.

Era una mañana, de Sábado, sobre las 12 de la mañana, habiendo salido del liceo mas temprano (faltó el último profesor, gracias a Dios, esa es una cosa que cae «del cielo» cada tanto, poder irse mas temprano!), y se van todos a la casa de uno de ellos, y es en ese corto trayecto que sale el tema del Juego de la Copa.

Ni bien llegan a la casa, casa con un pequeño jardín, puerta y ventanas del living dando al frente. Cómo estaban en primavera y en aquella época no era necesario poner rejas por todos lados en ciudad, la ventana estaba abierta de par en par y la cortina amenazaba alegremente con salirse para afuera, ondulando con el aire que se movía a través de ella.

Abren la puerta y entran, para encontrarse con la madre del dueño de casa, que justo salía con un carrito de feria: «Cómo les va? Me voy a la feria… vengo en un rato…».

Y asi quedan solos en la casa (el Padre del dueño de casa estaba trabajando) y de esa forma ni cortos ni perezosos se arman el «tablero» arriba de la mesa (unas letras, y una copa) y hacen el primer intento.

De día, con la ventana abierta … poco ambiente para el Juego de la Copa dirían ustedes… bueno, vaya si les funcionó!. Uno (o mas de uno) de estos amigos tenía una capacidad especial, se notaba, para canalizar este tema, porque la copa se movía rápidamente -casi sin tocarla- en el medio del living, sobre la mesa.

Incrédulos al principio, comienzan las preguntas tontas. Y suben de tono. Como lamentablemente usualmente pasa, le increpan a la copa que justamente no puede hacer nada para demostrar que realmente «existe» como fenómeno ajeno a ellos.

Uno de los amigos, especificamente le dice: «Si realmente eres un espíritu y puedes mover la copa, queremos que entres en esta habitación y te presentes».

Ante el horror de todos ellos algo comienza a ocurrir: La puerta de calle cruje, rechina, y se comienza a abrir: se ve que el hilo de luz se agranda entre la puerta y el marco, muy lentamente.

La reacción de los amigos fue de pararse y salir corriendo, pero NINGUNO se animaba a acercarse a la puerta!. Terminaron todos saliendo por la VENTANA. Cruzaron el jardin y se quedaron afuera, en la vereda, mirando para el frente de la casa, que tenía su puerta semiabierta.

Al rato -la mejor parte de la historia- Viene la madre. Van detrás de ella, que les reta por dejar «la puerta abierta». Cuando entran, temblando, VEN QUE LA PUERTA TENÍA LA LLAVE PASADA: La madre cuando se fue, cerró con llave (total, el amigo dueño de casa tenía sus propias llaves, y era ese, el de cerrar con llave, un hábito en la casa).

La puerta tenia el pasador / traba de metal de la cerradura, saliendo para afuera. No habia forma de que se abriera (sin romper todo el marco de la puerta). El marco estaba intacto.

Opinión de lglesia (Católica) sobre el tema

Tabla de la ouija(extraido de corazones.org)

La iglesia ve con muy malos ojos el tema del juego de la copa o ouija (similar pero en vez de una copa, utiliza un marcador mas chato, y una tabla con las letras dispuestas de otra forma). Pero se fundamenta en la exclusividad de que el diálogo con los espíritus FUERA de DIOS, está prohibido…

«El Primer Mandamiento prohíbe apelar a otro espíritu fuera de Dios. El rey Saúl recurrió a una mujer de Endor para conjurar el espíritu del difunto profeta Samuel y fue castigado por Dios (1 Sam 28: 8-17). Se trata del pecado de adivinación: querer «desvelar» el porvenir recurriendo a espíritus (que en realidad son demonios).»

Dicen:

«Numerosos testimonios que hemos recibido indican que la ouija, cuando «funciona», puede, al principio ser un mensaje atractivo (felicidad, dinero, algún dato que el sujeto desconocía, etc.) Pero el lenguaje y las tácticas que se manifiestan corresponden a lo que Jesús nos advierte que es característico del demonio: Consejos contrarios a la moral, incitación a la vanagloria, la curiosidad malsana, etc. Progresivamente desemboca en amenazas, sugestión a causar violencia, suicidio, la desesperación o presunción, invitaciones a desobedecer a Dios a cambio de alguna oferta de bienestar, riquezas… Los resultados pueden ser, por ejemplo, obsesiones, ansiedad, ataques de pánico, enfermedades, desórdenes mentales. He visto muchos casos en que el sujeto se envicia con la ouija y pierde el discernimiento de tal manera que justifica su uso aun cuando percibe graves daños a su persona. Con el vicio, la opresión del demonio aumenta. Hemos recibido testimonios alarmantes de personas dominadas por el pánico, incapaces de dormir, verdaderamente desesperadas, pidiendo auxilio.»

Mas adelante continúa:

«No debemos buscar conocer sino lo que Dios nos quiera revelar, ya sea por medio del uso natural de la razón sometida a Dios o por su revelación. Siendo mucho más inteligente que nosotros, el demonio tiene conocimientos que nos parecen maravillosos pero que los utiliza para atraparnos y engañarnos. Puede además imitar voces y apariencias de personas que han muerto.»

De aquí una interpretación puede ser que la iglesia descarta que las voces de los espíritus sean la de los muertos, sino que directamente es el Diablo, impersonándolos, como estrategia.

Mi reflexión es entonces que el Diablo, como personaje antagónico a Dios, hoy por hoy no tiene muchas herramientas: Está esperando a que alguien establezca un intento de contacto con el mas allá «para disfrazarse» y hacerle «el cuento del tío» ?